El Lambrusco, un desconocido y el vino italiano
más vendido en el mundo
  
  
  
  La caída del consumo que la crisis económica ha llevado al sector vitivinícola no ha 
  hecho mella en el 
Lambrusco. Un vino de humildes orígenes que, lejos de ver empeorar 
  sus resultados, se ha convertido en el caldo italiano más vendido en el mundo. Y lo 
  ha hecho respetando y valorizando su alma campesina y popular y defendiendo unos 
  criterios de calidad fijados por dos Consejos Reguladores.
  
  
El Consorzio Marchio Storico dei Lambruschi Modenesi y 
Consorzio Tutela e Promozione 
  dei Vini Reggiani han sido los encargados de establecer esos criterios y certificar 
  la procedencia del verdadero Lambrusco, luchando contra las tentativas de imitaciones. 
  Dos iniciativas que persiguen poner punto y final a la visión y opinión de aquellos 
  críticos que, por el mero hecho de ser un súper ventas, desconfían del Lambrusco.
  
  Es más, los dos Consejos anteriormente citados han aunado esfuerzos con los propietarios 
  de bodegas empeñadas en recuperar el prestigio de unos vinos cuya historia se puede 
  rastrear muchos siglos atrás, cuando estos vinos efervescentes alegraban las copas de 
  griegos y romanos gracias a una característica fermentación que tiene lugar en primavera.
  
  El Lambrusco, que marida casi con cualquier plato y no se impone sobre los sabores de 
  la comida, dispone actualmente de seis 
Denominaciones de Origen Protegidas, concentradas 
  en las provincias italianas de Módena y Reggio Emilia, donde se estima que nació este tipo 
  de vino, y una Indicación Geográfica Protegida para el Lambrusco dell'Emilia, que circunscribe 
  los límites de la producción a los cultivos emilianos.
  
  En concreto, más de 50 bodegas de la parte “emiliana” de la región Emilia-Romagna, 
  principalmente en las provincias de Módena y Reggio Emilia,  tierras de origen del Lambrusco, 
  han sabido domar a  las cepas milenarias del Lambrusco y refinar sus frutos hasta conseguir 
  Lambruscos tintos y rosados, secos, semi-secos y dulces, frizzanti y spumanti.
  
  Gracias al esfuerzo y las inversiones de estas empresas vinícolas que en los últimos  años han
  reestructurado, transformado y modernizado viñedos e instalaciones, por Lambrusco también se 
  entienden vinos elegantes como el Lambrusco di Sorbara DOP, de suaves colores e intensos perfumes; 
  intensos como el Lambrusco di Grasparossa di Castelvetro DOP, con reflejos violáceos y espumas 
  evanescentes; briosos como el Lambrusco Salamino di Santa Croce DOP, de rojos intensos pero 
  frescos en boca; versátiles como el Lambrusco di Modena DOP, con sus gamas de rojos y sapidez; 
  refinados como el Reggiano Lambrusco DOP que exaltan los toques siempre más aristocráticos de 
  las uvas Salamino, y sorprendentes como el Colli di Scandiano e Canossa DOP, cuyos Lambrusco se 
  enriquecen de los colores y perfumes de uvas autóctonas. Por su parte, los Lambrusco dell’Emilia 
  IGP concentran el entusiasmo contemporáneo de este vino  “frizzante” en su gama de tonos, suave 
  acidez y versatilidad.
  

  Entre estos vinos con diversas técnicas de fermentación, destacan unos pocos y exclusivos 
  que retornan a la fermentación en botella, testimonio de cómo la tradición está de moda.
  
  
  Todas esas variantes han contribuido a que el Lambrusco sea el vino italiano más comercializado 
  en su mercado natal y en los internacionales. Un logro que incrementa el prestigio de su territorio 
  de  origen y premia la labor y las inversiones realizadas por un gran grupo de empresas vinícolas 
  que en los  últimos  años han reestructurado, transformado  y modernizado viñedos e instalaciones.
  
  Tras ejecutar esos cambios, las empresas vinícolas productoras del Lambrusco están actualmente 
  tratando de consolidar sus cuotas de mercado, y concentrando sus esfuerzos para crear nuevas 
  oportunidades comerciales en el sector HORECA y de restauración. ¿Cómo?  Proponiendo el Lambrusco 
  en las tipologías menos conocidas a nivel internacional, como el seco y el semiseco. Tipologías 
  que caracterizan la tradición del territorio de origen.    
  
  
  España: uno de los principales importadores de Lambrusco. A día de hoy, el Lambrusco es 
  demandado tanto por consumidores europeos como por americanos y asiáticos. 
  Prueba de ello es que además de encontrar en España, Alemania, Francia, Escandinavia y Reino Unido 
  algunos de sus principales mercados de exportación, el Lambrusco también ha encontrado su público 
  en países de fuera de la Unión Europea, como Brasil, Estados Unidos, Rusia, Japón, Corea, México y Canadá.
  
  Países a los que el Lambrusco ha podido y está pudiendo llegar gracias a su media productiva que en estos
  últimos cinco años ha girado en torno a los 35 millones de botellas de Lambrusco DOP. Un resultado al que 
  nunca se había llegado en el pasado y que estimula e incentiva a las empresas del sector vinícola para 
  alcanzar objetivos todavía más prestigiosos.  
  

  Un prestigio que se ha ido consiguiendo con el paso de los años. A día de hoy se asocian al término 
  Lambrusco una serie de vinos con la misma personalidad pero con matices que diferencian  y caracterizan a 
  cada uno de ellos.  Unos vinos  jóvenes, con un bouquet entre afrutado y floral,  una variedad de color 
  entre el rosado y el rojo rubí, una agradable acidez y una moderada graduación alcohólica. Vinos fáciles
  de beber y de acompañar a cualquier comida, desde los entrantes hasta los postres. Servidos entre 12 y 
  14 grados de temperatura para poder apreciar las fragancias y los perfumes que emanan.
  
  
  El Lambrusco vivaz, “frizzante”, evoca alegría y concentra en su alma,  el carácter y la esencia de su 
  territorio de origen, las tierras italianas de la Emilia. Desde la uva silvestre “Labrusca vitis”, alabada 
  por romanos y griegos, hasta el vino que llena hoy copas por todo el mundo, el Lambrusco es el resultado de
  una larga y tenaz historia.
  
  
  Y es que la historia revela que el Lambrusco era un vino humilde con el que se brindaba en las hosterías 
  (tabernas italianas) y un vino familiar. Estimado en sus inicios por sus propiedades medicinales, fue usado 
  en el siglo XV como moneda para el pago de aranceles, bendecido en mesas de Papas, elogiado por Monarcas, y 
  'ayudante' para ganar batallas.  Hoy, el Lambrusco reivindica un lugar entre los grandes.
      
  
http://www.lambrusco.net/es/
 
  https://www.vinireggiani.com/